Linfedema en las piernas: Edema no trombótico en las extremidades inferiores
El edema en las extremidades inferiores puede ser síntoma de diversas condiciones, como trastornos cardiovasculares, hepáticos, renales u hormonales, así como resultado de desnutrición o deficiencias vitamínicas. También puede deberse al uso de ciertos medicamentos o presentarse de forma idiopática, es decir, sin una causa conocida.
En el contexto de la glomerulonefritis, ya sea primaria o secundaria, el edema puede manifestarse como un síntoma del síndrome nefrótico o nefrítico. Asimismo, puede presentarse en casos de insuficiencia renal aguda o crónica.
Causas del linfedema en las piernas
El linfedema es una hinchazón de la piel y del tejido subcutáneo causada por la acumulación de linfa, un líquido que contiene agua, proteínas, linfocitos y productos de desecho metabólico, en los espacios intercelulares.
Esta acumulación se produce por alteraciones patológicas en los vasos linfáticos que generan obstrucción, subdesarrollo o destrucción de dichos vasos. Normalmente, el sistema linfático transporta la linfa desde los tejidos de vuelta al sistema circulatorio. Cuando los vasos linfáticos se dañan por cualquier causa, la linfa se filtra hacia los tejidos circundantes y se acumula, provocando la hinchazón.
El linfedema puede deberse a malformaciones congénitas del sistema linfático o a daños provocados por otras enfermedades, como la insuficiencia venosa crónica, inflamación de los vasos o ganglios linfáticos, o traumatismos.
Al inicio, estos cambios pueden ser reversibles y mejorar con el tratamiento adecuado. Sin embargo, si el edema persiste, la condición se agrava y el área afectada puede no recuperar su estado normal. La obstrucción del drenaje linfático provoca un crecimiento excesivo del tejido conectivo, engrosamiento de la piel, infecciones recurrentes de los vasos linfáticos e hipertrofia progresiva del tejido subcutáneo.
Este trastorno afecta con mayor frecuencia a las extremidades, tanto superiores como inferiores, y se estima que aproximadamente 140 millones de personas en el mundo padecen linfedema.
Tipos de linfedema
Existen dos tipos principales de linfedema: primario y secundario.
- El linfedema primario se debe a un desarrollo anómalo de los vasos linfáticos y puede ser congénito.
- La forma de aparición temprana, poco común, se observa generalmente al nacer o en la infancia.
- La forma de aparición tardía, que representa aproximadamente el 80 % de los casos de linfedema primario, suele afectar a las extremidades inferiores y se presenta con mayor frecuencia en mujeres.
- El linfedema secundario es más frecuente y se origina por lesiones, infecciones, intervenciones quirúrgicas o tumores.
Todo linfedema que se manifiesta en la edad adulta debe ser evaluado para descartar la presencia de una enfermedad maligna subyacente.
Síntomas del Linfedema
El linfedema crónico se presenta con una hinchazón firme y elástica, que apenas disminuye tras reposar con la extremidad elevada. En las fases iniciales, al presionar la zona inflamada puede quedar una hendidura. El edema suele comenzar alrededor del tobillo o en la parte superior del pie y progresa gradualmente hasta abarcar toda la extremidad, pudiendo extenderse también a los genitales o glúteos. Suele observarse el signo de Stemmer, que consiste en la imposibilidad de pellizcar un pliegue cutáneo en la base del segundo dedo del pie.
Con el tiempo, la afección puede provocar:
- Fibrosis, endurecimiento y pérdida de elasticidad de la piel,
- Disminución de glándulas sudoríparas y sebáceas,
- Pérdida del vello,
- Cambios cutáneos (engrosamiento, queratinización)
- Mayor susceptibilidad a infecciones especialmente en el pie y la pierna,
- Uñas quebradizas y amarillentas.
En fases muy avanzadas puede desarrollarse elefantiasis, caracterizada por una hinchazón extrema y un notable engrosamiento de la piel. La enfermedad avanza de forma lenta pero progresiva. El linfedema no suele ser doloroso, aunque puede resultar discapacitante. En casos poco frecuentes, tras muchos años de linfedema crónico, puede desarrollarse un tumor maligno llamado linfangiosarcoma, sobre todo en las extremidades inferiores.
Prevención y Tratamiento
La insuficiencia del sistema linfático puede ser de tipo mecánico o dinámico. La insuficiencia dinámica ocurre cuando un sistema linfático sano no puede hacer frente a una sobrecarga de líquidos – en cuyo caso es prioritario tratar la enfermedad de base.
Como medidas preventivas y de tratamiento convencional del linfedema se recomienda:
- Evitar permanecer de pie o sentado por tiempos prolongados,
- Elevar la extremidad afectada,
- Mantener una adecuada higiene de la piel,
- Utilizar prendas de compresión graduada,
- Realizar drenaje linfático manual (masajes),
- Evitar lesiones en la extremidad comprometida.
También es fundamental prevenir y tratar adecuadamente las infecciones cutáneas.
En casos de linfedema extenso pueden considerarse procedimientos microquirúrgicos. Para aquellos casos resistentes a la terapia de compresión, la liposucción ha mostrado resultados eficaces como alternativa terapéutica.