Bazo agrandado o Esplenomegalia
El agrandamiento del bazo, también conocido como esplenomegalia (ICD-10: R16.1), es un síntoma inespecífico que puede acompañar enfermedades limitadas al bazo, así como ser consecuencia de una disfunción multiorgánica.
La función del bazo en el cuerpo humano
El bazo actúa como un gran reservorio de sangre y es el órgano linfático más grande del cuerpo humano, aunque no es esencial para la vida. En condiciones fisiológicas, su masa no suele superar los 150 gramos, y depende de la cantidad de sangre que almacena.
Las dimensiones normales del bazo no deben superar: longitud de 120 mm, ancho de 70 mm y grosor de 40 mm. En el hilio esplénico puede encontrarse un bazo accesorio, una variante anatómica presente en hasta el 11 % de la población. El agrandamiento del bazo se puede palpar en un examen físico si excede 1,5 veces su tamaño habitual y su peso supera los 300 gramos. En casos de agrandamiento masivo, puede alcanzar más de 1000 gramos.
Otra característica del bazo es su susceptibilidad a la rotura subcapsular o rotura diferida en dos etapas, que puede ocurrir tras un traumatismo abdominal, como en un accidente, y representar una indicación para su extirpación. El agrandamiento también puede ser signo de traumatismo o hematoma subcapsular. La clasificación de la esplenomegalia se detalla en los cinco estadios definidos por la OMS.
El hiperesplenismo, también llamado síndrome del bazo grande, es una condición en la que la esplenomegalia se presenta junto con anemia y/o leucopenia y/o trombocitopenia.
Esplenomegalia: causas y síntomas
El bazo agrandado provoca dolor y sensación de distensión, generalmente en el hipocondrio izquierdo y en la región mesogástrica. El aumento del tamaño del bazo puede acompañarse de dolor de espalda, acidez, náuseas, vómitos, petequias, pérdida de peso, fatiga, palidez, dificultad para respirar y mayor susceptibilidad a infecciones.
La esplenomegalia puede acompañar enfermedades de origen neoplásico, infeccioso, metabólico, inmunológico o por enfermedades de depósito Una causa frecuente es la cirrosis hepática. A menudo, el agrandamiento del bazo se presenta junto con hepatomegalia- conocido como hepatoesplenomegalia.
En la mayoría de los casos, la esplenomegalia tiene una causa infecciosa, pero también puede ser signo de procesos proliferativos, especialmente tumores de la sangre, del bazo o del sistema linfático (como linfomas, leucemias, mielofibrosis o granulomatosis maligna).
Otras causas incluyen enfermedades virales infecciosas (citomegalovirus, mononucleosis, hepatitis), bacterianas (enfermedad de Lyme), parasitarias (equinococosis), enfermedades autoinmunes y sistémicas (lupus eritematoso, sarcoidosis) y enfermedades de almacenamiento metabólico (como la enfermedad de Gaucher o la de Pompe).
El bazo también puede agrandarse por trombosis de la vena porta o de la vena esplénica, así como por metástasis esplénicas o tumores primarios del bazo. Entre las lesiones focales, aproximadamente la mitad son benignas, siendo el infarto esplénico la más común. Las metástasis esplénicas se presentan en alrededor del 7-8 % de los pacientes con neoplasias malignas, especialmente cánceres de ovario, útero, mama y pulmón.
Esplenomegalia: diagnóstico y tratamiento
Además del examen físico, se utilizan estudios de imagen como la ecografía (USG), tomografía computarizada (TC) o resonancia magnética (RM) para diagnosticar la esplenomegalia.
El tratamiento de la esplenomegalia depende de la causa primaria. En algunos casos, puede ser necesaria una esplenectomía (extirpación del bazo), por ejemplo, en casos de púrpura trombocitopénica inmune refractaria (PTI).